jueves, 20 de septiembre de 2007

CAPITULO 11: "Se ha ido"

Todos decidieron que lo más útil sería dividirse en dos gupos. Mientras unos buscaban el interruptor que detenía las paredes que iban a aplastar al pequeño Toko, otros buscaban el antídoto para el veneno que corría por las venas de Jubi.

A Garf le dejaron para el final, ya que no corría peligro de muerte.

El primer grupo, después de buscar rápidamente, encontró la habitación donde estaban los mandos de control. Pero había un problema: no sabían que botón, de los muchos que había, paraba las paredes que cada vez se acercaban más a Toko. Sin saber que hacer, empezaron a pulsar todos los botones, y asustados vieron que ahora las paredes iban más rápido, por lo que dejaron de pulsarlos.

Lumaqueeela desesperada sufrió un ataque de ansiedad, se apoyó en la pared para tranquilizarse y sin saberlo pulsó el botón que detenía las paredes.

Toko, que ya se veía aplastado, comenzó a dar saltos de alegría. Mientras tanto, el otro grupo había encontrado el antídoto para Jubi, y se dirigieron rápidamente a inyectarselo. El efecto fue inmediato, se levantó de un salto y sólo dijo: "lo siento chicos, os he fallado" y se fue corriendo. Nada más irse, apareció el otro grupo junto a los tres SN. Los otros al verlos se alegraron mucho, puesto que estaban sanos y salvos. A su vez, Toko preguntó qué había pasado con Jubi y ellos contestaron: "se ha ido".